John Ripley descubrió en sus tiempos de estudiante en el
MIT que la tecnología doméstica podía utilizarse para el mal. Algunos
aseguran que sus célebres y malvadas invenciones están destinadas a hundir
el sistema capitalista, asentado en el consumo despiadado. Otros creen que
Ripley ama la tecnología y el modo de vida occidental, pero detesta a la
humanidad en su conjunto.
Si nos centramos en su biografía, entenderemos cuál pudo ser la génesis de
este odio irracional que siente el temible inventor hacia sus congéneres.
Ripley era a los veinte años un estudiante modélico. Sus padres habilitaron
una amplia habitación en su domicilio para que realizara en ella sus
experimentos. Ripley se encerraba allí durante horas y mantenía en secreto
el objeto de sus investigaciones. Todos sabían que estaba trabajando en un
invento revolucionario, pero nadie pudo saber de qué se trataba hasta que,
por fin, Ripley dio por concluido su trabajo y presentó al mundo su famosa
bicicleta para zurdos. Fue un rotundo fracaso. Nadie entendía qué utilidad
tenía aquel invento, el cual, aparentemente, no se diferenciaba en nada de
una bicicleta normal y corriente. Herido y humillado, Ripley se encerró de
nuevo en su estudio y allí empezó a diseñar sus terribles aparatos
domésticos, que tanto daño han causado a los incautos consumidores.
El laserdisc
Todos ustedes se acordarán de este invento aparatoso e inútil. Estaba
destinado a sustituir a la cinta VHS. Mucha gente desperdició sus ahorros
adquiriéndolo, descubriendo poco después que se trataba una broma de mal
gusto.
La Baby Cage
Ripley presentó esta estupidez describiéndola de este modo: The Baby Cage is an oval shaped
domed structure featuring curved crossbars that are strong enough to support
an adult's weight, keeping baby safe. ¿Saben de alguien que la
use actualmente?
La Thermomix
Aún nos la venden como un invento revolucionario. Sin embargo, todos sabemos
que es una tomadura de pelo. Si este aparato cocinara tan bien como aseguran
sus vendedores, nadie cocinaría con sus propias manos a estas alturas.
Curiosamente, quienes fueron tan estúpidos como para comprarla en su momento
siguen defendiéndola a capa y espada. Los usuarios de la Thermomix son como
una secta que intenta convencer al mundo de que el cocinar se va a acabar.
Pobre gente.
Actualmente, Ripley está trabajando en nuevos inventos del demonio. Al
parecer, ya ha terminado el Sonotone MP3, un invento que, probablemente,
causará estragos entre la gente de la tercera edad. Circulan también por la
red fotografías del último de sus prototipos. Nadie sabe exactamente qué
demonios es, pero yo que ustedes no me acercaría a él por si las moscas: