El doctor George Simmelon, a quien se atribuye el descubrimiento del efecto Trinitron, ha presentado hoy en la Stanford University los resultados de una inquietante investigación. Simmelon reunió a trescientos voluntarios de sesenta años y les sometió al visionado de dos productos audiovisuales muy dispares con el objetivo de apreciar y comparar sus reacciones. El primer visionado era el de un documental sobre la fauna salvaje de Camboya producido por la National Geographic. Durante los cincuenta minutos que duró la proyección, Simmelon fue apuntando los comentarios que de vez en cuando, y en los momentos más emocionantes, emitían los ancianos. Hizo exactamente lo mismo en la segunda proyección, pero esta vez se trataba de “Vacaciones de verano con el pepino en la mano”, una película pornográfica de bajo presupuesto engendrada, curiosamente, por una productora catalana. Una vez recogidos los comentarios que generaron ambas proyecciones, Simmelon elaboró la llamada “Lista de Simmelon”, de la que reproduzco un fragmento:

¿Cómo se puede meter allí dentro?
Qué asco.
Esto debe de oler fatal.
Qué flexible, ¿no?
¡Buf, qué humedad!
Ay que la pilla, ay que… ya está, toma p’adentro.
¿Por qué la está mordiendo?
Se lo está comiendo.
¡Mira el peludo!
¿Lo que hay debajo es otro?
Se va a romper.
Como habrán comprobado, resulta imposible discernir los comentarios generados por el documental de los que provocó la película pornográfica. Simmelon aún no ha extraído conclusiones relevantes de este hecho, pero está trabajando en ello duramente (un mínimo de cuatro horas diarias, según declaró en un programa de la NBC).